LA TRANSICIÓN POLÍTICA Y LOS TOROS.
IX SYMPOSIUM DEL
TORO DE LIDIA. ZAFRA,
23 Y 24 DE
OCTUBRE 2009
LA TRANSICIóN
POLíTICA Y LOS TOROS.
Carlos Abella Martín
Antes de comenzar mi intervención quiero dar las gracias al Simposium de Tauromaquia de
Zafra por invitarme a participar en
este ya veterano y prestigioso Curso que me va a permitir disfrutar unas
horas de esta ciudad de Extremadura que no conocía y compartir con ustedes unas
sanas horas de debate taurino.
Me propone el Moderador y buen amigo
Pero para la elaboración de este decálogo, es inevitable que
acotemos el período que con tanta generosidad conocemos como “transición
política”. Para algunos, la transición empieza con la muerte de Franco en 1975
y concluye con la victoria del PSOE en las
elecciones de 1982. Para otros, la transición extiende su vigencia desde
la muerte de Franco a la victoria electoral del PP en 1996, es decir una vez
que ya se ha producido la alternancia de poder entre socialistas y
conservadores.
Pero también hay quien sitúa el inicio de la transición en
los años inmediatamente anteriores a la muerte de Franco cuando los renovadores
o reformistas del Régimen empezaron a preparar con inteligencia y cautela el
futuro del postfranquismo y la llegada de la democracia.
En cualquier caso se entiende por “transición” aquel período
en el que se producen las claves de transformación política, social y económica
de un régimen personalista y dictatorial en otro democrático, constitucional y
de libertades.
En mi opinión, procede hablar de
“transición política y tauromaquia” al período que queda englobado entre la
muerte del Almirante Carrero Blanco (diciembre 1973) y
En este intervalo es en el que se ha consolidado
Fijado ese espacio histórico de más de diez años-sobre el que
inevitablemente hay otras interpretaciones y que a efectos taurinos también
serían válidos, ya que no alterarían sustancialmente las características del
período- quiero proponerles el
siguiente decálogo de peculiaridades del mundo de la política y de los
toros que han tenido lugar entre 1973 y 1985.
1.-
El apoyo de la Corona a las corridas de toros, evidenciada en la
persona de SM El Rey y de su madre,
Doña Mercedes, asiduos ambos de los distintos espectáculos taurinos celebrados
en ese tiempo en Madrid y Sevilla, especialmente, y con motivo de las corridas
de la Beneficencia y de la Prensa. También la Infanta Elena es aficionada y
asistir a las corridas de toros y de rejoneo.
2.-En
el período aludido, se produce la consolidación de la corrida de toros como una
manifestación cultural de nuestro pueblo-en quien reside la
soberanía popular- compatible con el sistema democrático.
La
fuerza de la tradición se impone a la tentación antitaurina de una cierta
izquierda y de una cierta intelectualidad costumbrista y modernizadora que en otras
épocas había vinculado a los toros a un sistema dictatorial y como producto de
una sociedad atrasada e inculta.
La
transición política integra tradición y progreso, afición y desarrollo. Como
testigo y reducto de esa tradición antitaurina aparecen minoritarios
movimientos ecologistas y algunas organizaciones defensoras de los animales,
que en verdad han cobrado intensidad sin lograr sus objetivos abolicionistas..
3.-
En la transición política se produce la integración de España en la CEE y las
instituciones comunitarias respetan las tradiciones españolas, que por
otra parte no son solo propias de nuestro país sino que también forma parte del
acervo cultural de otros países comunitarios de la trascendencia cultural de Francia
y Portugal.
4.-
En este sentido y relacionado con el punto anterior, en el período de
referencia de la transición española se produce un notable auge y
consolidación de los toros en el Sur de Francia-tanto en el Sudoeste (Bayona,
Mont de Marsan, Dax,) como en el Sudeste (Ceret, Arles, Nimes). Por otro lado,
Francia desarrolla un modelo de gestión taurina de sus plazas y de la
organización del espectáculo propio y en el que acertada iniciativa municipal
se complementa con una seria y rigurosa gerencia empresarial, aunque ésta
esté-como es el caso- en manos de empresas españolas.
(Esto
ha ido despareciendo con el tiempo y especialmente en la última temporada 2009
se ha producido un acceso de las empresas francesas a la tutela de las más
importantes plazas de Francia). Y todo ello bajo el criterio de un gran amor
por la Fiesta, de un rigor y seriedad encomiables y de un orgullo cultural que
para sí quisieran muchas aficiones españolas.
5.-
La configuración territorial del Estado Español en un estado Autonómico ha
potenciado los valores autóctonos culturales de cada territorio. Sin embargo, la
afición a los toros y el interés de los poderes públicos autonómicos por el
espectáculo taurino se ha mantenido e incluso ha crecido en la mayoría de las
Autonomías.
En
mi opinión, la evolución de este interés se ha ajustado al siguiente balance:
Afición
en alza:
Andalucía,
Castilla-León y Castilla-La Mancha, Murcia, Valencia, La Rioja, Navarra,
Aragón, Madrid, Extremadura, Cantabria, Asturias, y País Vasco. (Bilbao-Aste
Nagusia, Azpeitia, Tolosa y plaza de Illumbe- San Sebastián).
Afición
en baja:
Cataluña.-
A
la vista de lo ocurrido en los últimos años, hay que decir que la siembra de la
desaparición futuro de los toros en Cataluña se hizo en estos primeros años de
la Transición y se acentuó con los años gracias al “profesionalismo” con el que
han trabajado los nacionalistas catalanes y los radicales de Esquerra
Republicana.
Las
medidas de estos años impulsadas por los nacionalistas fueron:
-Prohibición
a los menores de 14 años de asistir a los toros.
-Promulgar
una Ley de defensa de los Animales.
-Prohibición
de celebrar espectáculos taurinos en plazas no fijas, eliminando así la
posibilidad de organizar corridas en plazas portátiles.
-
Declaración de ciudades antitaurinas. (Tossa de Mar, Sant Feliu Guixols, etc.)
-
Baleares.
(solo turismo y Palma de Mallorca).
Se mantiene.
Galicia.
(Gracias a Pontevedra “La Peregrina” y La Coruña: en los noventa se
inaugura nueva plaza multiusos).
Prohibición
y afición desaparecida:
Canarias
(prohibición de los toros en 1992?)
6.-
El establecimiento de un régimen democrático no ha significado una
alteración sustancial en el modelo organizativo de la Fiesta.
Se
mantiene la adscripción administrativa a los Ministerios del Interior y de
Agricultura, y ya con posterioridad a la Transición en el año 1991 se ha
elevado a rango de Ley el ordenamiento que regula el espectáculo y se han
promulgado varios reglamentos taurinos
en cinco autonomías- Castilla-La Mancha, Castilla-León, Navarra, País Vasco y
La Rioja -, de forma que bajo una norma superior el espectáculo se rige por
algunas reglamentaciones autonómicas. Hoy son ya casi 17 los reglamentos, en
concordancia con la potente descentralización administrativa sufrida en los
últimos años.
Se
mantiene también el modelo económico mixto, con plazas de titularidad pública y
gestión privada concedida por concurso público (Madrid, Valencia, y otras muchas
); plazas de titularidad pública gestionadas por si mismas (Gestión Directa) o
por una gerencia y plazas de propiedad municipal o autonómica que participan en
la gestión , dando lugar así a la gestión interesada, como la que llevaron a
cabo durante muchos años la Comunidad de Madrid y
Y
hay plazas como Bilbao, Pamplona o Sevilla cuya propiedad es en cada caso
Y
por supuesto hay plazas de titularidad y gestión privadas como Barcelona y
otras muchas.
Otra
novedad significativa ha sido la integración de los toreros – sentido amplio –
en el Régimen Especial de la Seguridad Social, por RD. de 1986.
7.-
La transición taurina nos deja una notable innovación: la creación,
desarrollo y tutela de las Escuelas de Tauromaquia, amparadas por las CCAA o
los Ayuntamientos, que han dado cauce adecuado a las muchas
vocaciones taurinas, contribuyendo además a la formación educativa y cultural
de los aspirantes. En Madrid, “Joselito”, Bote, Lucio Sandín, “El Fundi” y años
más tarde Miguel Abellán, Uceda Leal y
“El Juli”. En Valencia, Monte Picayo, de la que salió Enrique Ponce. Sevilla,
Córdoba.
Otra
novedad son las Fundaciones creadas por toreros, de las que la Fundación
“Joselito” y la Fundación “El Juli” son las que más han revertido iniciativas y
proyectos en el propio mundo del toreo
Por
último, las dos últimas peculiaridades que en mi opinión dan personalidad al
período de la transición no son estrictamente de índole política.
8.-
El acceso de las mujeres al mundo de los toros con plenitud de derecho
como en otras muchas facetas de la vida española es un hecho desde 1974, año en
el que se deroga la disposición reglamentaria que las prohibía torear. Primero
fueron las pioneras “ángela”,
Hoy
las Escuelas de Tauromaquia están llenas de ilusionadas jóvenes que sueñan con
emular a ésta, a “El Juli” o a José Tomás.
9.-
En la transición política se confirma que el toreo es un arte y una vocación. El
toreo ya no es solo un recurso para combatir el hambre y las privaciones.
En el siglo XXI ya no se puede decir aquello de que “Más cornadas da el
hambre”.
La
extracción social de los muchachos de las escuelas de Tauromaquia es de clases
urbanas medias; y la otra cantera de jóvenes valores se nutre de los hijos de
los toreros: pero no de toreros que no llegaron o que se quedaron en
subalternos. No. La gran novedad cultural y sociológica de los toros es que
muchos de los chicos que han querido y quieren ser toreros es que son hijos de
toreros ricos, que ha desarrollado unos estudios superiores, que lo tienen todo
o casi todo, que son capaces de abrirse camino en la vida en otras actividades profesionales...pero
que quieren probar a ser toreros, que sienten la llama de la afición y que no
quieren dejar de experimentar la posibilidad de ser figuras del toreo.
Aunque
este fenómeno es un poco posterior al período aludido anteriormente en esta
charla, en los ochenta surgen “Litri”, Camino, Aparicio, Lozano, “Chamaco”, que
son los precursores de los actuales Manzanares, Francisco Rivera y Cayetano, El
Capea,
Desde
el punto de vista de la renovación de la
Fiesta, esta combinación entre valores dinásticos y aprendizaje de escuela-con
su inconveniente de uniformidad según algunos (lo que no comparto)- es fecunda
y renovadora.
Y
10.- La muerte en 1984 y 1985, respectivamente de “Paquirri” y de “Yiyo”,
devuelve a la Fiesta-si es que la había perdido-un sentimiento trágico. Los
espectadores y los aficionados se percatan de que la muerte está siempre
presente en el espectáculo taurino. La fatalidad es posible.
Despedida.
Estos
son algunos de los argumentos que configuran el devenir del mundo de los toros
dentro del período de
Muchas
gracias.